TESTARUDA, INSIDIOSA Y CLAUDICANTE NEGOCIACIÓN DEL GOBIERNO GRIEGO.
Por Antonio José Parafita Fraga, escritor y comentarista de temas sociales y políticos.
Del blog VERBO SUELTO del autor, cuyo enlace es
verbosuelto.bospot.com
La manifiesta actitud de enredo político y de aparente indolencia social de los actuales gobernantes helenos, empieza a ser antológica, equívoca, incoherente y desconcertante, entre otras razones, por tratarse de dirigentes pertenecientes a la esfera política de la extrema izquierda europea, Syriza, que precisamente fundamentó su campaña electoral, con la que ganó los comicios generales, en una serie de propuestas y promesas de regeneración sociopolítica y de rescate de un pueblo, el heleno, ya depauperado y hundido en la profundidad de las simas del declive económico, laboral y social por la inaplicación en el pasado reciente de medidas políticas, sociales y económicas adecuadas de carácter reformista. A juicio de este comentarista, a través del largo proceso de negociación se constata un hecho: la torpe terquedad del gobierno griego y se evidencia una triste realidad: la angustiante situación del pueblo heleno.
A la vista de los hechos, es evidente que ni el actual primer ministro griego, Alexis
Shipras, con sus ministros de finanzas a la cabeza, Yanis Varoufakis y Euclides
Tsakalotos, ni los dirigentes de los gobiernos anteriores, atisbaron tan
siquiera mínimamente las huellas de la inteligencia práctica ni la estela de la
filosofía política de aquellos antepasados prohombres atenienses, auténticos próceres
de la política, la oratoria, la filosofía y la racionalidad, cuya capacidad
intelectual, rectitud de vida, espíritu austero, esmerada preocupación por la res pública y su proverbial probidad
política contribuyeron a dar prestigio, gran prosperidad y pleno esplendor
cultural a la histórica Edad
de Oro de la ciudad
helena, entre las Guerras Médicas y las del Peloponeso, tales como Pericles,
Sócrates, Euclides-padre de la Geometría-, Fidias, Platón, Aristóteles,
Pitágoras, Tales de Mileto, Eratóstenes, Arquímedes, Apolonio de Perga, y otros. Lamentablemente, aquel Siglo
V antes de Cristo, conocido como el Siglo de Pericles en nada se parece ni
tiene punto alguno de convergencia con el actual Siglo XXI de Alexis Shipras y
de Syriza, su organización política.
Pero como las revueltas aguas del
debate político, económico, financiero y fiscal en la eurozona, tienden aparentemente
a serenarse, los responsables de pilotar la nave de las instituciones europeas
por los procelosos mares de la maltrecha unión monetaria y económico/financiera
de la UE, como curtidos capitanes de barcos, deben conocer y dominar a la
perfección las cartas de navegación para marcar rutas, enderezar rumbos y
evitar naufragios indeseables, parecidos al de Grecia. Asimismo, es necesario e
imprescindible que los correspondientes faros orientativos funcionen con el
máximo rigor, iluminen y guíen con total precisión a los timoneles. Estos faros
reguladores del tráfico marítimo: Comisión Europea, Presidencia del Consejo
Europeo, Presidencia del Eurogrupo, Banco Central Europeo y Fondo Monetario
Internacional han de estar siempre activados y sus fareros titulares: Jean-Claude Juncker, Donald Tusk, Jeroen Dijsselbloem, Mario Draghi y Christine
Lagarde, vigilantes y en actitud de servicio permanente, con
otro claro objetivo: limitar o, si fuese el caso, impedir que algún miembro o
socio del actual club europeo quiera aplicarse el dicho clásico y popular de tonto el último o el de sálvese quien pueda, eludiendo las
responsabilidades, compromisos y obligaciones que son inherentes a la propia condición
de socio.
Al respecto, cabe señalar la enorme torpeza que se percibe en la
radicalidad oportunista con la que se manifiestan los negociadores griegos y
quienes apoyan sus falacias e insidiosas pretensiones de quitas, impagos,
reestructuraciones y renegociaciones de deudas contraídas por parte del país
heleno con los acreedores europeos y extracomunitarios. Las deudas hay que
pagarlas, no siendo admisible recurrir a lastimeros victimismos, a chantajes
populistas, a trampas técnicas, a simulaciones y a subterfugios, como pudiera
ser el caso del Gobierno griego, cuyo primer ministro, Alexis Shipras, ha convocado
de manera sorpresiva un referéndum de alto riesgo para la propia Grecia, porque
su resultado lejos de fortalecer a los negociadores helenos, debilitó sus
planteamientos y propuestas ante los acreedores por la pérdida de crédito y
credibilidad. Por lo que puede afirmarse sin ambages que la consulta ha tenido
un demoledor efecto boomerang para los convocantes de la misma.
En cambio, reafirmó en sus criterios y posiciones a los responsables de
las instituciones de la eurozona. Conviene poner de manifiesto que dicho
plebiscito en modo alguno fue procedente, porque pudo provocar que todos o
simplemente alguno de los demás países socios hicieran otro tanto, con
resultado incierto para estabilidad comunitaria. En consecuencia, puede
aseverarse que tal referéndum estuvo viciado no sólo por la legitimidad de su conveniencia,
sino también por la inoportunidad del momento de llevarlo a cabo. Tampoco es
honesto hacer uso del recurso del truco del almendruco. Sorprende que los
mensajes de estos antitroika y antisistema no sean especialmente traslúcidos en
cuanto a objetividad se refiere. Pareciera
vislumbrarse en ellos algo diferente a una pura y simple discrepancia política.
De los polvos de aquellas utópicas, quiméricas, populistas y populacheras promesas
electorales que han hecho Syriza y su candidato Alexis Shipras han venido ahora
los lodos de la bancarrota, el corralito y la desastrosa y angustiante
situación económica y social en la que se encuentra sumido el pueblo griego.
Según publica el Frankfurter
Allgemeine Zeitung, Alemania habría planteado dos opciones: o la salida
temporal del euro o la transferencia de 50.000 millones en activos griegos a un
trust que iría vendiendo esos activos para pagar la deuda. La propuesta se concretaría
en que Grecia saliese del euro durante un período de cinco años, pero que
el país heleno continuaría siendo miembro de la Unión Europea y recibiría ayuda
técnica y humanitaria durante ese tiempo. A primera vista parece un
planteamiento muy poco generoso y solidario, pero la cuestión es que los países
que han tenido dificultades con el déficit no tuvieron más remedio que aplicar
medidas de austeridad y de contención
del gasto. Por lo demás, los restantes socios del Eurogrupo han practicado con
Grecia la solidaridad que les fue posible en razón de sus economías también
afectadas y menguadas por la profunda crisis soportada.
En el fondo de la propuesta alemana, de ser cierta y
confirmarse, subyace la desconfianza de Angela Merkel, su ministro de Finanzas,
Wolfgang Schäuble, y de
la mayoría de los ciudadanos alemanes hacia las promesas que pueda formalizar
el primer ministro griego, Alexis Shipras, y su gobierno. Alemania no se fía,
por eso propone fijar este plazo de tiempo, con un doble objetivo: que el país
heleno pueda reestructurar su deuda y que Alexis Shipras y su gobierno dispongan
de tiempo suficiente para acometer o, al menos, poner en marcha las reformas y
reajustes imprescindibles, así como realizar los recortes precisos para sacar
al pueblo de la aciaga, trágica y desesperante realidad que está padeciendo. Y
esto, lo tienen que hacer el Primer Ministro heleno y su gobierno con todas las
consecuencias y al margen de la impopularidad y serio desgaste político que lleve
consigo tomar tales medidas. A los dirigentes helenos se les está pidiendo que
actúen con más rigor y lealtad.
Y para finalizar, el comentarista quiere aportar tres
consideraciones: primera consideración,
que los dirigentes políticos griegos deben de tener en cuenta que lo que a
ellos se les pide y exige es justamente lo que han tenido que hacer, salvando
matices, los gobernantes de otros países, como Irlanda, Portugal, Chipre y
España; segunda consideración, fijarse
en que los países pobres que prestan dinero a Grecia, como Estonia, Letonia, Lituania y Eslovaquia tienen una renta
por habitante menor que la de Grecia y sus pensionistas cobran mucho menos que
un jubilado griego; tercera consideración,
este analista centra hoy su comentario en la actitud de los dirigentes políticos
griegos, pero sin obviar la crítica y el reproche que, a su juicio, merecen también
determinadas actitudes y comportamientos de los responsables de las
instituciones comunitarias: Comisión Europea, Presidencia del Consejo Europeo,
Presidencia del Eurogrupo, Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional
y también el propio Parlamento Europeo. Pero a este tema le dedicará el
comentarista otro artículo/comentario.
Antonio José Parafita Fraga. Es escritor y comentarista de temas sociales
y políticos. Del Blog VERBO
SUELTO del autor, cuyo enlace es
verbosuelto.blogspot.com
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