domingo, 9 de septiembre de 2018


PERVERSIÓN Y QUIEBRA DE LOS REGÍMENES DEMOCRÁTICOS OCCIDENTALES.

PRIMERA PARTE. CONSIDERACIONES GENERALES.

Por Antonio José Parafita Fraga, escritor y comentarista de temas sociales y políticos.

Del Blog VERBO SUELTO del autor.



La crisis generalizada del sistema político al que pretendidamente se hace alusión en el título de este artículo, abarca tanto las democracias de corte liberal como las de inspiración marxista. Vaya por delante que este trabajo de reflexión y análisis, responde primordialmente al deseo de ponerle voz a lo que percibe, piensa y siente el hombre de la calle, perteneciente a distintos estratos sociales de esta parte del planeta. Se procura, a través del mismo, aproximarse a una lacerante y sombría realidad, así como dar forma, con la mayor objetividad posible, a las opiniones e inquietudes de un número indeterminado de personas que viven angustiadas por la inestabilidad política, social y económica. Hecho, por lo demás, atosigante porque condiciona y merma sobremanera su calidad de vida. En consecuencia, no se trata de fustigar sin más a los políticos ni de arremeter sañudamente contra cuantos ejercen con honestidad este noble arte. En absoluto, sólo se busca reseñar con sentido crítico un panorama realmente desolador al margen de puntos de vista catastrofistas y apocalípticos.

Ahora bien, que el mundo occidental está inmerso en un proceso de descomposición de los sistemas sociales, políticos y económicos es una realidad incontestable, como también lo es el que los ciudadanos están siendo protagonistas pasivos de la destrucción de su propio bienestar individual, familiar y social, al tiempo que contemplan de manera imperturbable cómo se desbaratan las sólidas estructuras que venían conformando los Estados de Bienestar en los distintos países de este ámbito geográfico del planeta. Esta incapacidad socio/anímica de reacción por parte de la sociedad y su inhibición de las implicaciones y compromisos cívicos y sociales deviene en claro indicio de un alarmante adormecimiento democrático, así como en pérdida de entusiasmo vital, pero todavía es peor el que algunos sectores de la población occidental estén moralmente muertos, sin ilusiones ni esperanza.

Esta carencia de reflejos para aportar, en el momento oportuno, y por los medios constitucionalmente adecuados, los pertinentes y necesarios elementos correctores de los desmanes del poder en estas democracias supuestamente consolidadas, demuestra que sistemas sociopolíticos no están aún bien asentados, de manera que afirmar con euforia lo contrario es una gran falacia, dado que la debilidad, decadencia y falta de solidez de estos regímenes democráticos es una percepción real que tienen la mayoría de los habitantes de las diversas naciones, por más que se ponga especial énfasis y empeño en demostrarle o venderle lo contrario. La democracia española, como le ocurre a otras de la órbita geopolítica occidental, sean escandinavas, germanas, anglosajonas o latinas no sólo están necesitadas de una regeneración política y democrática a fondo, sino de que ésta se lleve a cabo con carácter de urgencia, con el decidido propósito de evitar la quiebra y el hundimiento del sistema político existente, fruto de muchos años de lucha y conquista.

Pero salta a la vista que el motivo de la frustración ciudadana, se debe en buena medida a que actualmente no hay líderes carismáticos ni liderazgos ejercidos por auténticos estadistas ni partidos políticos que defiendan principios y valores que den consistencia a las instituciones sociales y políticas. Lamentablemente, sólo existen dirigentes populistas que se dedican a entusiasmar y fidelizar de manera sectaria a sus equipos y huestes incondicionales, mediante la promesa o pago real de determinadas prebendas y/o gabelas, y esta falta de líderes, dispuestos a tomar medidas y a aportar iniciativas de propuestas solventes, para luchar contra la tremenda crisis financiera y económica que está devastando el solar patrio occidental, se acusa más ahora en este país, España, que, a mayor abundamiento descriptivo de esta grave situación, debe saberse que se está corriendo el riesgo de entrar en otra descomunal recesión económica, debido al inicio de un crecimiento negativo. Recuérdese que justamente el pasado 31 de Agosto del año en curso, se produjo la mayor destrucción de empleo de la historia de España, según publican acreditados medios de comunicación social.

Sin duda alguna, el lector entiende perfectamente que ciertos tipos de actitudes y prácticas políticas, democráticamente reprobables, producen injusticias y desigualdades sociales, a la vez que propician desconfianza en la clase dirigente. Por lo demás, es evidente que tales desigualdades son factor desencadenante de corrupción entre la militancia partidaria. Asimismo, se infiere que algunos sonados y escandalosos comportamientos contribuyen al debilitamiento y la morbosidad de las ya maltrechas democracias. Pero los politicastros de salón, nuevo cuño y medio pelo, deben de saber que las corruptelas, más pronto que tarde, serán sancionadas por el pueblo y la propia historia cuando corresponda pedir cuentas. De suerte que se hará justicia de modo implacable, a fin de que no queden impunes las acciones delictivas de quienes, convirtiendo la política en un negocio lucrativo en lugar de ejercerla como un servicio a los conciudadanos electores, han pisoteado la dignidad y los derechos de los mismos. Estos misérrimos abusos de poder y autoridad fueron y siguen siendo la causa del empobrecimiento y de la dramática situación laboral y económica en la que se encuentran muchas familias de los países que integran el mencionado ámbito geopolítico.

Por todo esto, y mucho más, es pretencioso y vano el propósito de la clase política de gozar socio/electoralmente de crédito, prestigio y consideración. Probablemente, no exista en estos momentos profesión u oficio más denostado que el de político. Su credibilidad y valoración por parte de los votantes y electores está bajo mínimos históricos, toda vez que éstos se percatan de que son utilizados y tenidos en cuenta sólo a la hora de depositar el voto en las urnas. Por lo expuesto, es obvio deducir que asistimos a la perversión y quiebra de las instituciones políticas y democráticas de los regímenes occidentales, lo que motiva el decaimiento moral y la apatía política de una inmensa mayoría de personas, precisamente por las desconsideraciones recibidas de los administradores públicos, así como por la soberbia y prepotencia con que son tratados los administrados y la escasa o nula participación que, desde el poder, se da al pueblo en el sistema democrático.

Una sociedad tolerante, libre, abierta, plural y democráticamente organizada, se resiste a rendir pleitesía a una casta política cuyas señas de identidad sociales están siendo la corrupción, el favoritismo y la discriminación. Los políticos no acaban de comprender y asumir que los elegidos por el pueblo soberano son tributarios de la imperiosa obligación de actuar como servidores públicos y de fomentar el respeto y la integración participativa de los ciudadanos en la defensa de sus propios derechos e intereses. Por lo demás, toda la parafernalia de descalificaciones, ataques despiadados e insultos que los dirigentes políticos y sus estrategas se dirigen, tanto en campaña electoral como fuera de ella, vienen a ser considerados como afrentosas bofetadas a los contribuyentes, sobre todo, a aquellos que, por encima, se ven obligados a buscar comida caliente, techo y la cobertura de otras necesidades básicas, fuera de sus hogares y en los centros sociales y de acogida que ofrecen algunas confesiones religiosas, como, por ejemplo, los de la Iglesia Católica, paradójicamente no se prestan estas atenciones en los de las instituciones y organismos oficiales de los Estados de Bienestar. Además, tales ayudas a personas y familias se están prestando por vía de la caridad, no por la de la justicia, como tendría que ser.

Y esto, pone de manifiesto el fracaso de las políticas sociales y las grandes  mentiras de los gobernantes al afirmar que el Estado de Derecho y de Bienestar favorece a los más desprotegidos y excluidos socialmente. Asimismo, significa un verdadero insulto a la dignidad y derechos de casi un tercio de los habitantes de estos países, que, por cierto, son soberanos democráticamente hablando, pero no sabios a la hora de discernir, castigar o premiar a quienes le niegan el pan y la sal de la subsistencia diaria y el respeto a su dignidad como personas. Todas estas acciones indignas y hechos deplorables y delictivos producen en el pueblo indiferencia y decepción, por lo que los demagogos de oficio y sueldo a costa de los presupuestos generales de los Estados; los encantadores de ciudadanos cándidos e ignorantes; los salvapatrias y redentores de nada; los vendedores de ilusiones quiméricas y espejismos fantasiosos y los embaucadores de gente honesta, sólo merecen recibir como contrapartida el más absoluto de los desprecios.

También salta a la vista el intento y la pretensión de los políticos de turno, de aquí y de allende las fronteras españolas, de socavar el poder judicial, uno de los pilares básicos de los Estados sociales y democráticos de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político, cuyo poder es la base del sistema judicial que debe proteger y garantizar todos los derechos constitucionales de los ciudadanos. Este poder está en franca decadencia a consecuencia de los ataques frontales por parte de los otros dos poderes de los Estados, el legislativo y el ejecutivo. Al respecto, no debemos dejar de lado las actitudes y actuaciones intervencionistas de los poderes públicos y políticos que atentan contra el principio constitucional de que la soberanía nacional reside en el pueblo, del que justamente emanan los poderes del Estado, entre ellos, el judicial.

Con respecto a España, es público y notorio que su sistema judicial, que se pretende reducirlo a las cenizas de la pérdida de su independencia por el fuego devorador del poder ejecutivo, que trata de someterlo, o al menos de controlarlo, para evitar que éste obstaculice la aplicación de las políticas transformadoras del modelo de estado y de sociedad, impulsadas al margen de la voluntad de una parte considerable del pueblo español. Lamentable y penosamente, se constata que la autonomía de funcionamiento del poder judicial y la división de poderes están en entredicho, por no afirmar categóricamente que no existen, y las sentencias judiciales, en reiteradas ocasiones, ni se acatan ni se cumplen, por lo que cabe hablar con toda propiedad de la quiebra de este sistema y/o pilar básico y fundamental de la democracia, como es el judicial.    

Sin reformas legales no podremos hablar de simetrías ni de igualdades, sino de desequilibrios, agravios, injusticias y desigualdades. En las democracias debilitadas, no será posible evitar que la pobreza moral y económica se cebe y extienda como una peste y signo maldito de los tiempos sobre una mayoría de personas, a causa del enriquecimiento de un número cada vez más elevado de individuos carentes de escrúpulos y de referencias ético/morales. El tráfico de influencias, el blanqueo de dinero, los supuestos delitos de cohecho y prevaricación, las tramas de corrupción dentro y fuera de los partidos políticos y las comisiones ilegales, tienen causa y origen en las lagunas jurídicas de la propia legislación, en la falta de higiene democrática y en la no aplicación rigurosa de los controles de funcionamiento social y democrático en las instituciones públicas.  

SEGUNDA PARTE. MATICES EN LA DEMOCRÁTICA ESPAÑOLA.   

No obstante, lo grave del caso es igualmente que la sociedad, el pueblo, adopta una actitud silente, se supone que sólo hasta que su estómago, harto de tragar tanta miseria e injusticia y hambriento de pan y justicia social, estimule y anime a la población afectada a pensar, razonar y tomar las decisiones que sean precisas, orientadas a remediar su calamitosa situación. En tal sentido, conviene recordar que las revueltas populares, agitaciones y convulsiones sociales, históricamente, siempre estuvieron precedidas de flagrantes injusticias y represiones incontroladas de las libertades individuales y colectivas. No conviene olvidar los prolegómenos de la II República, proclamada con cierto júbilo y esperanza en 1931, seguida de una guerra fratricida entre 1936 y 1939, pasando luego por la etapa franquista. Y aunque aquellos hechos no tengan aún todo el parangón con las situaciones de enfrentamientos y malestares sociales y políticos actuales, deberán tomarse como referentes ejemplarizantes.

Las vivencias históricas, debieran de ser tenidas en cuenta por quienes agitan y tensan, insensatamente y en demasía, la cuerda de las confrontaciones y de conflictividad social hasta el límite de provocar fracturas y divisiones entre las poblaciones de distintas autonomías y entre las diversas instituciones del Estado, obstaculizando sobremanera la convivencia ciudadana y la paz social. Por lo que sería oportuno pensar en aquella sentencia bíblica amor y verdad se dan cita y la justicia y la paz se abrazan o besan”, que equivale a afirmar que no puede haber paz social estable y bienestar reconfortante donde haya injusticias clamorosas. Estas reflexiones serían muy importantes para conseguir que los acontecimientos históricos pasados, ayuden a construir el futuro desde bases sólidas y bien sentadas del presente. El respetable lector, tiene, pues, delante de su mirada crítica la perversión y quiebra del sistema político y democrático de Occidente, pero especialmente el de España.

Pero la raíz de todos estos males y quiebras de sistemas, está, especialmente, en la crisis financiera, laboral y económica, originada por malversaciones y despilfarros de caudales privados y públicos; enriquecimientos ilícitos a costa del sudor y las lágrimas de honrados ciudadanos; las permisividades de gobiernos y gobernantes incompetentes; propagandas mediáticas a favor del consumo de bienes por encima de las posibilidades reales de individuos y familias; campañas interesadamente planificadas para convencer a la gente con respecto al nivel de vida que debía y podía tener y llevar artificiosamente; endeudamientos excesivos de las familias y del propio Estados; descontrol del gasto privado y público; evasión de capitales a paraísos fiscales, así como la falta de líderes políticos, como ya se ha apuntado, capaces de hacer frente de antemano a los primeros síntomas de esta terrible plaga financiera, laboral y económica del siglo XXI.

En cualquier caso, no debe ignorarse que la espoleta que hace explotar la bomba de esta dramática situación en su fase más virulenta, fue la generalización de la desconfianza del pueblo en la clase política en general y en los gobernantes en particular, que, a su vez, generó millones de desempleos, parados, por el desplome del consumo, la quiebra y cierre de millares de empresas, y el incremento de dramas humanos y de tensiones sociales, de modo concreto, en el seno de las familias, de las mismas que fueron impunemente esquilmadas por los desalmados oportunistas y que hicieron fortuna desde el poder político o a su sombra y con la complicidad y anuencia de quienes lo ostentaban y ostentan.

Nota de humor, bajo el irónico y sarcástico epígrafe SALSA DE LA VIDA: en esta ocasión la historieta o anécdota se basa en la pillería de un fraile que, con artimaña, se llevó de una huevería trece huevos en una docena. El cuento o chiste fue el siguiente: un frailongo fue a comprar huevos y dijo a la moza “quiero una docena de huevos, pero como han de ser para distintas personas, deseo me los despache por separado, a saber, media docena ( 6 ) para el abad, un tercio de docena (4 ) para el padre tornero y para mí, que soy pobre, un cuarto de docena ( 3 )”. De modo que el fraile pagó la docena y se llevó trece huevos. La moza hizo sus cuentas y vio que el pícaro fraile la había engañado. Al cabo de una semana, volvió el avispado comprador a la huevería con el mismo cuento e idéntico propósito, pero la guapa moza le espetó “señor don fraile, le pongo junta la docena de huevos y ya se hará vuesa merced el reparto y las cuentas por el camino”.

 Moraleja: a veces ocurre que va uno a por lana y sale trasquilado; también sucede con frecuencia que el tramposo cae en su propia trampa y que el estafador y mentiroso tiene que tomar de la misma medicina que suministra a otros, siendo víctima de sus propias mentiras o resultando ser el estafador, estafado. Probablemente, tengamos la experiencia personal de habernos encontrado alguna vez con los listillos de turno, acostumbrados a moverse por los diferentes ámbitos de la vida como si los demás fueran tontos, ignorando que siempre puede haber quien les gane a las carreras de la listeza y de la agilidad mental, por lo que suelen ser los sufridores de su arrogancia y presuntuosidad. Los listos no siempre son inteligentes, sino todo lo contrario, son torpes, poco calculadores y de muy bajo coeficiente intelectual.

 Un buen ejercicio para distraerse y relajarse de tanta crisis financiera y económica, puede consistir en recordar casos de personas, aunque sean del mundo de la política que es donde más abundan los avispadillos, que hayan caído en las redes de sus engaños, trampas y estafas. En todo caso, respetable lector, partiendo del aforismo “el que avisa, no es traidor”, procede dejar advertido que conviene estar prevenidos contra los tramposos, pajilleros, reprimidos, grasientos, puteros, siniestros, mirones clandestinos, fetichistas de la mugre, cobardes aviesos, ladrones de guante blanco, truhanes o sinvergüenzas, troleros o chisgarabises, caraduras con carátula, carantoñeros de chichinabo y acomplejados que hacen acopio de su tontilocuez y pedantería para compensar complejos patológicos. Finalmente, y a propósito, todos deben saber o simplemente recordar que “persona prevenida, vale por dos”.

Antonio José Parafita Fraga, es escritor y comentarista de temas sociales y políticos.

Del Blog VERBO SUELTO del autor.




   


sábado, 10 de febrero de 2018

PACTO EDUCATIVO Y ENSEÑANZA RELIGIOSA.

Por Antonio José Parafita Fraga, escritor y comentarista de temas sociales y políticos.
Del Blog VERBO SUELTO de este comentarista, enlace verbosuelto.blogspot.com 



Fotografía de Antonio José Parafita FragaAntonio José Parafita Fraga, escritor y comentarista de temas sociales y políticos, hace suyas las demandas y reivindicaciones que distintos sectores sociales y políticos vienen haciendo de un tiempo a esta parte y las que vienen realizando actualmente colectivos, especialmente afectados, como el de los profesores de religión en favor de un PACTO EDUCATIVO DE ESTADO, que subsane los desaguisados de la LOMCE- Ley Orgánica para la Mejora de Calidad Educativa- tanto en lo concerniente a las materias curriculares como al profesorado que las imparte. Este comentarista entiende que al ex Ministro Wert le faltó coraje político y capacidad negociadora para lograr un amplio consenso entre las partes implicadas en el proceso educativo y al Presidente del Gobierno le sobraron complicidad y cobardía moral. Por lo demás, tampoco debe pasarse por alto el silencio complaciente y la pasividad de algunos sindicatos, especialmente de los denominados de clase, que no se singularizaron ni distinguieron por una especial sensibilidad hacia la mejora de la calidad del sistema educativo español. Más bien todo lo contrario, ya que sus aportaciones al tema fueron escasas y estuvieron totalmente politizadas. 


En cambio, algunas otras organizaciones sindicales y asociaciones, no de clase, pero sí con clase, fueron muy críticas con determinados aspectos de esta ley educativa del ex Ministro Wert e hicieron sus aportaciones y sugerencias para contribuir efectivamente a mejorar el texto de la nueva norma educativa, que luego se publicaría con el nombre de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa, LOMCE. Por cierto, fue una ley bastante más perjudicial para la asignatura de religión y su profesorado que las anteriores leyes educativas de la democracia, habida cuenta de que permite desdeñar a estos trabajadores especializados, por la maquiavélica vía de reducir a mínimos el horario de su materia.  

Como las pretensiones de este articulista van orientadas a que el lector en particular y la sociedad en general tengan un mayor conocimiento de la situación real del profesorado encargado de la enseñanza religiosa en el marco escolar en España, a diferencia de lo que ocurre en Europa, incluso en Rusia, es preciso señalar que estos profesores estuvieron y siguen estando limitados y, aún más, condicionados, a la hora de defender la presencia de la religión-religiones- en el sistema educativo público español, en condiciones dignas y equiparables al resto de asignaturas del currículo, tanto en lo que se refiere a la carga horaria o lectiva como a la obligatoriedad de que los centros educativos la oferten, debido a las anticuadas y rancias concepciones ideológicas, de claro signo anticlerical y laicista, de las cúpulas de estos sindicatos y de los partidos políticos afines, en cuanto al carácter y naturaleza de la educación, expuestas por los máximos representantes de unos y otros en los distintos foros de debate,  publicadas, en ocasiones, mediante comunicados conjuntos en los medios de comunicación. Por otra parte, es público que ciertas organizaciones sindicales rinden pleitesía a los partidos políticos de los que dependen, convirtiéndose en sus cautivos, servidores incondicionales y fieles colaboradores. 
 
Y todo ello, para bochorno del propio Gobierno del PP, sonrojo de la mayoría de los sindicatos y vergüenza política del partido que sustenta al actual Gobierno de la Nación española. A mayor abundamiento, es de señalar y poner de manifiesto ante la opinión pública lo sorprendente que resulta para muchos ciudadanos de este país- en torno a un 70%, demandantes de esta enseñanza religiosa- observar que en la LOMCE, desarrollada por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de un Gobierno de centro derecha, la asignatura de religión y este colectivo de cualificados docentes de religión, queda peor parado que en la LOE del PSOE.
 
Si inconcebible fue la reducción de la carga horaria de esta área/asignatura, no lo fue menos que en Bachillerato el Ministerio de Educación, al regular esta materia, lo ha hecho al margen de la legalidad Constitucional, de los Acuerdo Iglesia- Estado y de la Jurisprudencia de los Altos Tribunales, españoles y europeos, por cuanto que deja prácticamente eliminado su carácter de opcionalidad, al no contemplar y tener en cuenta que la religión es una asignatura opcional también en Bachillerato y con alternativa. Por lo demás, para que los padres y/o alumnos puedan ejercitar tal opción, los centros educativos deben de ofertarla obligatoriamente de manera clara y efectiva, conforme a lo establecido en la normativa de aplicación.
El caso es que, de momento, se constata con frustrante preocupación que la cobardía moral y los complejos políticos de los actuales gobernantes españoles, impidieron que la asignatura de religión esté en nuestro sistema educativo y en la escuela de modo parecido a como lo está en la mayoría de los países europeos. De suerte que al respecto, los gobernantes y responsables públicos deben de saber que en política las actuaciones torpes y cobardes, así como el incumplimiento de la ley tienen un precio sociopolítico en términos de coste electoral y que siempre se termina pagando.

Finalmente, hay que advertir que, de no ponerse remedio por parte de las administraciones educativas a esta situación de precariedad académica, económica y laboral, muchos miles de profesores de religión se pueden quedar en la calle y sus familias e hijos sin el sustento o pan de cada día. Asimismo, y a mayor abundamiento, hay que resaltar que los tiempos, no están, precisamente, para generar más paro, sino para contener o detener la dramática sangría de la destrucción de puestos de trabajo.
 
En consecuencia, al Gobierno Central y a los Autonómicos se les insta a que cumplan la Ley y respeten los derechos de los ciudadanos en general y el de los padres de alumnos en particular en materia educativa, tal y como se establece en la Constitución Española, 1978, los Acuerdos Iglesia- Estado, 1979, la Ley de Libertad Religiosa, 1985 y la reiterada Jurisprudencia de los Tribunales españoles y europeos en cuanto a que aquellos puedan elegir para sus hijos la educación que esté en consonancia con sus creencias religiosas y morales. Los responsables educativos de la LOMCE, no actuaron con la suficiente sensatez y racionalidad al regular en dicha Ley la enseñanza de la religión. En opinión del este comentarista, el esperado PACTO EDUCATIVO puede ser el momento adecuado para acometer una reforma a fondo de la enseñanza de la religión en la escuela, pero que incluya el cambio de la actual denominación de la asignatura por un nombre más genérico e integrador, como, por ejemplo, el de Historia de las Religiones o El Hecho Religioso Universal.
 
Y, sin lugar a dudas, les hubiese sido de mucha utilidad, el que antes de poner en marcha esta Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa, se detuvieran a analizar o estudiar los sistemas educativos de los países de Europa, incluido el de Rusia, para ver el tratamiento dado en ellos a esta asignatura y al profesorado que la imparte, a los efectos de evitar que en el sistema educativo de España se produjesen anomalías rayanas en la ilegalidad, por el lamentable hecho de que el correspondiente ordenamiento jurídico, en unos casos, no se aplicó debidamente, y en otros, se hizo de un modo muy tímido, lo que supuso y supondrá en el futuro un grave perjuicio no sólo para el área de la religión sino también para su profesorado.
 
La cuestión es que de las administraciones educativas, central y autonómicas, y de algunos agentes sociales intervinientes en el proceso de elaboración de la LOMCE, fue, es y será la responsabilidad teórica de este desaguisado, pero la triste realidad debe centrarse en que sólo corresponde al colectivo de profesores de religión, verdaderos especialistas en este materia, y a sus familias, soportar las consecuencias que se derivan de semejante desatino legal y torpeza política.

Por Antonio José Parafita Fraga, escritor y comentarista de temas sociales y políticos.
Blog VERBO SUELTO: verbosuelto.blogspot.com

viernes, 9 de febrero de 2018

LEGÍTIMAS Y JUSTAS DEMANDAS SOCIALES DE UN PACTO EDUCATIVO DE ESTADO


ESPECIAL CLAMOR DEL PROFESORADO DE RELIGIÓN


Por Antonio José Parafita Fraga, escritor y comentarista de temas sociales y políticos.
Del Blog VERBO SUELTO de este comentarista, enlace verbosuelto.blogspot.com 



Fotografía de Antonio José Parafita FragaAntonio José Parafita Fraga, escritor y comentarista de temas sociales y políticos, hace suyas las demandas y reivindicaciones que distintos sectores sociales y políticos vienen haciendo de un tiempo a esta parte y las que vienen realizando actualmente colectivos, especialmente afectados, como el de los profesores de religión en favor de un PACTO EDUCATIVO DE ESTADO, que subsane los desaguisados de la LOMCE- Ley Orgánica para la Mejora de Calidad Educativa- tanto en lo concerniente a las materias curriculares como al profesorado que las imparte. Este comentarista entiende que al ex Ministro Wert le faltó coraje político y capacidad negociadora para lograr un amplio consenso entre las partes implicadas en el proceso educativo y al Presidente del Gobierno le sobraron complicidad y cobardía moral. Por lo demás, tampoco debe pasarse por alto el silencio complaciente y la pasividad de algunos sindicatos, especialmente de los denominados de clase, que no se singularizaron ni distinguieron por una especial sensibilidad hacia la mejora de la calidad del sistema educativo español. Más bien todo lo contrario, ya que sus aportaciones al tema fueron escasas y estuvieron totalmente politizadas. 



En cambio, algunas otras organizaciones sindicales y asociaciones, no de clase, pero sí con clase, fueron muy críticas con determinados aspectos de esta ley educativa del ex Ministro Wert e hicieron sus aportaciones y sugerencias para contribuir efectivamente a mejorar el texto de la nueva norma educativa, que luego se publicaría con el nombre de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa, LOMCE. Por cierto, fue una ley bastante más perjudicial para la asignatura de religión y su profesorado que las anteriores leyes educativas de la democracia, habida cuenta de que permite desdeñar a estos trabajadores especializados, por la maquiavélica vía de reducir a mínimos el horario de su materia.  



Como las pretensiones de este articulista van orientadas a que el lector en particular y la sociedad en general tengan un mayor conocimiento de la situación real del profesorado encargado de la enseñanza religiosa en el marco escolar en España, a diferencia de lo que ocurre en Europa, incluso en Rusia, es preciso señalar que estos profesores estuvieron y siguen estando limitados y, aún más, condicionados, a la hora de defender la presencia de la religión-religiones- en el sistema educativo público español, en condiciones dignas y equiparables al resto de asignaturas del currículo, tanto en lo que se refiere a la carga horaria o lectiva como a la obligatoriedad de que los centros educativos la oferten, debido a las anticuadas y rancias concepciones ideológicas, de claro signo anticlerical y laicista, de las cúpulas de estos sindicatos y de los partidos políticos afines, en cuanto al carácter y naturaleza de la educación, expuestas por los máximos representantes de unos y otros en los distintos foros de debate, publicadas, en ocasiones, mediante comunicados conjuntos en los medios de comunicación. Por otra parte, es público que ciertas organizaciones sindicales rinden pleitesía a los partidos políticos de los que dependen, convirtiéndose en sus cautivos, servidores incondicionales y fieles colaboradores.  

Y todo ello, para bochorno del propio Gobierno del PP, sonrojo de la mayoría de los sindicatos y vergüenza política del partido que sustenta al actual Gobierno de la Nación española. A mayor abundamiento, es de señalar y poner de manifiesto ante la opinión pública lo sorprendente que resulta para muchos ciudadanos de este país- en torno a un 70%, demandantes de esta enseñanza religiosa- observar que en la LOMCE, desarrollada por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de un Gobierno de centro derecha, la asignatura de religión y este colectivo de cualificados docentes de religión, queda peor parado que en la LOE del PSOE. 

Si inconcebible fue la reducción de la carga horaria de esta área/asignatura, no lo fue menos que en Bachillerato el Ministerio de Educación, al regular esta materia, lo ha hecho al margen de la legalidad Constitucional, de los Acuerdo Iglesia- Estado y de la Jurisprudencia de los Altos Tribunales, españoles y europeos, por cuanto que deja prácticamente eliminado su carácter de opcionalidad, al no contemplar y tener en cuenta que la religión es una asignatura opcional también en Bachillerato y con alternativa. Por lo demás, para que los padres y/o alumnos puedan ejercitar tal opción, los centros educativos deben de ofertarla obligatoriamente de manera clara y efectiva, conforme a lo establecido en la normativa de aplicación.

El caso es que, de momento, se constata con frustrante preocupación que la cobardía moral y los complejos políticos de los actuales gobernantes españoles, impidieron que la asignatura de religión esté en nuestro sistema educativo y en la escuela de modo parecido a como lo está en la mayoría de los países europeos. De suerte que al respecto, los gobernantes y responsables públicos deben de saber que en política las actuaciones torpes y cobardes, así como el incumplimiento de la ley tienen un precio sociopolítico en términos de coste electoral y que siempre se termina pagando.

Finalmente, hay que advertir que, de no ponerse remedio por parte de las administraciones educativas a esta situación de precariedad académica, económica y laboral, muchos miles de profesores de religión se pueden quedar en la calle y sus familias e hijos sin el sustento o pan de cada día. Asimismo, y a mayor abundamiento, hay que resaltar que los tiempos, no están, precisamente, para generar más paro, sino para contener o detener la dramática sangría de la destrucción de puestos de trabajo.
 
En consecuencia, al Gobierno Central y a los Autonómicos se les insta a que cumplan la Ley y respeten los derechos de los ciudadanos en general y el de los padres de alumnos en particular en materia educativa, tal y como se establece en la Constitución Española, 1978, los Acuerdos Iglesia- Estado, 1979, la Ley de Libertad Religiosa, 1985 y la reiterada Jurisprudencia de los Tribunales españoles y europeos en cuanto a que aquellos puedan elegir para sus hijos la educación que esté en consonancia con sus creencias religiosas y morales. Los responsables educativos de la LOMCE, no actuaron con la suficiente sensatez y racionalidad al regular en dicha Ley la enseñanza de la religión. En opinión del este comentarista, el esperado PACTO EDUCATIVO puede ser el momento adecuado para acometer una reforma a fondo de la enseñanza de la religión en la escuela, pero que incluya el cambio de la actual denominación de la asignatura por un nombre más genérico e integrador, como, por ejemplo, el de Historia de las Religiones o El Hecho Religioso Universal.
 
Y, sin lugar a dudas, les hubiese sido de mucha utilidad, el que antes de poner en marcha esta Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa, se detuvieran a analizar o estudiar los sistemas educativos de los países de Europa, incluido el de Rusia, para ver el tratamiento dado en ellos a esta asignatura y al profesorado que la imparte, a los efectos de evitar que en el sistema educativo de España se produjesen anomalías rayanas en la ilegalidad, por el lamentable hecho de que el correspondiente ordenamiento jurídico, en unos casos, no se aplicó debidamente, y en otros, se hizo de un modo muy tímido, lo que supuso y supondrá en el futuro un grave perjuicio no sólo para el área de la religión sino también para su profesorado. 

La cuestión es que de las administraciones educativas, central y autonómicas, y de algunos agentes sociales intervinientes en el proceso de elaboración de la LOMCE, fue, es y será la responsabilidad teórica de este desaguisado, pero la triste realidad debe centrarse en que sólo corresponde al colectivo de profesores de religión, verdaderos especialistas en este materia, y a sus familias, soportar las consecuencias que se derivan de semejante desatino legal y torpeza política.

Por Antonio José Parafita Fraga, escritor y comentarista de temas sociales y políticos.
Blog VERBO SUELTO: verbosuelto.blogspot.com