martes, 14 de julio de 2015

    

 
  TESTARUDA, INSIDIOSA Y CLAUDICANTE NEGOCIACIÓN DEL GOBIERNO GRIEGO.

Por Antonio José Parafita Fraga, escritor y comentarista de temas sociales y políticos.

Del blog VERBO SUELTO del autor, cuyo enlace es 
 verbosuelto.bospot.com
 
La manifiesta actitud de enredo político y de aparente indolencia social de los actuales gobernantes helenos, empieza a ser antológica, equívoca, incoherente y desconcertante, entre otras razones, por tratarse de dirigentes pertenecientes a la esfera política de la extrema izquierda europea, Syriza, que precisamente fundamentó su campaña electoral, con la que ganó los comicios generales, en una serie de propuestas y promesas de regeneración sociopolítica y de rescate de un pueblo, el heleno, ya depauperado y hundido en la profundidad de las simas del declive económico, laboral y social por la inaplicación en el pasado reciente de medidas políticas, sociales y económicas adecuadas de carácter reformista. A juicio de este comentarista, a través del  largo proceso de negociación se constata un hecho: la torpe terquedad del gobierno griego y se evidencia una triste realidad: la angustiante situación del pueblo heleno.
 
A la vista de los hechos, es evidente que ni el actual primer ministro griego, Alexis Shipras, con sus ministros de finanzas a la cabeza, Yanis Varoufakis y Euclides Tsakalotos, ni los dirigentes de los gobiernos anteriores, atisbaron tan siquiera mínimamente las huellas de la inteligencia práctica ni la estela de la filosofía política de aquellos antepasados prohombres atenienses, auténticos próceres de la política, la oratoria, la filosofía y la racionalidad, cuya capacidad intelectual, rectitud de vida, espíritu austero, esmerada preocupación por la res pública y su proverbial probidad política contribuyeron a dar prestigio, gran prosperidad y pleno esplendor cultural a la histórica Edad de Oro de la ciudad helena, entre las Guerras Médicas y las del Peloponeso, tales como Pericles, Sócrates, Euclides-padre de la Geometría-, Fidias, Platón, Aristóteles, Pitágoras, Tales de Mileto, Eratóstenes, Arquímedes, Apolonio de Perga, y otros. Lamentablemente, aquel Siglo V antes de Cristo, conocido como el Siglo de Pericles en nada se parece ni tiene punto alguno de convergencia con el actual Siglo XXI de Alexis Shipras y de Syriza, su organización política.
 
Pero como las revueltas aguas del debate político, económico, financiero y fiscal en la eurozona, tienden aparentemente a serenarse, los responsables de pilotar la nave de las instituciones europeas por los procelosos mares de la maltrecha unión monetaria y económico/financiera de la UE, como curtidos capitanes de barcos, deben conocer y dominar a la perfección las cartas de navegación para marcar rutas, enderezar rumbos y evitar naufragios indeseables, parecidos al de Grecia. Asimismo, es necesario e imprescindible que los correspondientes faros orientativos funcionen con el máximo rigor, iluminen y guíen con total precisión a los timoneles. Estos faros reguladores del tráfico marítimo: Comisión Europea, Presidencia del Consejo Europeo, Presidencia del Eurogrupo, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional han de estar siempre activados y sus fareros titulares: Jean-Claude Juncker, Donald Tusk, Jeroen Dijsselbloem, Mario Draghi y Christine Lagarde, vigilantes y en actitud de servicio permanente, con otro claro objetivo: limitar o, si fuese el caso, impedir que algún miembro o socio del actual club europeo quiera aplicarse el dicho clásico y popular de tonto el último o el de sálvese quien pueda, eludiendo las responsabilidades, compromisos y obligaciones que son inherentes a la propia condición de socio.
 
Al respecto, cabe señalar la enorme torpeza que se percibe en la radicalidad oportunista con la que se manifiestan los negociadores griegos y quienes apoyan sus falacias e insidiosas pretensiones de quitas, impagos, reestructuraciones y renegociaciones de deudas contraídas por parte del país heleno con los acreedores europeos y extracomunitarios. Las deudas hay que pagarlas, no siendo admisible recurrir a lastimeros victimismos, a chantajes populistas, a trampas técnicas, a simulaciones y a subterfugios, como pudiera ser el caso del Gobierno griego, cuyo primer ministro, Alexis Shipras, ha convocado de manera sorpresiva un referéndum de alto riesgo para la propia Grecia, porque su resultado lejos de fortalecer a los negociadores helenos, debilitó sus planteamientos y propuestas ante los acreedores por la pérdida de crédito y credibilidad. Por lo que puede afirmarse sin ambages que la consulta ha tenido un demoledor efecto boomerang para los convocantes de la misma.
 
En cambio, reafirmó en sus criterios y posiciones a los responsables de las instituciones de la eurozona. Conviene poner de manifiesto que dicho plebiscito en modo alguno fue procedente, porque pudo provocar que todos o simplemente alguno de los demás países socios hicieran otro tanto, con resultado incierto para estabilidad comunitaria. En consecuencia, puede aseverarse que tal referéndum estuvo viciado no sólo por la legitimidad de su conveniencia, sino también por la inoportunidad del momento de llevarlo a cabo. Tampoco es honesto hacer uso del recurso del truco del almendruco. Sorprende que los mensajes de estos antitroika y antisistema no sean especialmente traslúcidos en cuanto a objetividad se refiere. Pareciera vislumbrarse en ellos algo diferente a una pura y simple discrepancia política. De los polvos de aquellas utópicas, quiméricas, populistas y populacheras promesas electorales que han hecho Syriza y su candidato Alexis Shipras han venido ahora los lodos de la bancarrota, el corralito y la desastrosa y angustiante situación económica y social en la que se encuentra sumido el pueblo griego.
 
Según publica el Frankfurter Allgemeine Zeitung, Alemania habría planteado dos opciones: o la salida temporal del euro o la transferencia de 50.000 millones en activos griegos a un trust que iría vendiendo esos activos para pagar la deuda. La propuesta se concretaría en que Grecia saliese del euro durante un período de cinco años, pero que el país heleno continuaría siendo miembro de la Unión Europea y recibiría ayuda técnica y humanitaria durante ese tiempo. A primera vista parece un planteamiento muy poco generoso y solidario, pero la cuestión es que los países que han tenido dificultades con el déficit no tuvieron más remedio que aplicar medidas de austeridad y de  contención del gasto. Por lo demás, los restantes socios del Eurogrupo han practicado con Grecia la solidaridad que les fue posible en razón de sus economías también afectadas y menguadas por la profunda crisis soportada.  
 
En el fondo de la propuesta alemana, de ser cierta y confirmarse, subyace la desconfianza de Angela Merkel, su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, y de la mayoría de los ciudadanos alemanes hacia las promesas que pueda formalizar el primer ministro griego, Alexis Shipras, y su gobierno. Alemania no se fía, por eso propone fijar este plazo de tiempo, con un doble objetivo: que el país heleno pueda reestructurar su deuda y que Alexis Shipras y su gobierno dispongan de tiempo suficiente para acometer o, al menos, poner en marcha las reformas y reajustes imprescindibles, así como realizar los recortes precisos para sacar al pueblo de la aciaga, trágica y desesperante realidad que está padeciendo. Y esto, lo tienen que hacer el Primer Ministro heleno y su gobierno con todas las consecuencias y al margen de la impopularidad y serio desgaste político que lleve consigo tomar tales medidas. A los dirigentes helenos se les está pidiendo que actúen con más rigor y lealtad. 
 
Y para finalizar, el comentarista quiere aportar tres consideraciones: primera consideración, que los dirigentes políticos griegos deben de tener en cuenta que lo que a ellos se les pide y exige es justamente lo que han tenido que hacer, salvando matices, los gobernantes de otros países, como Irlanda, Portugal, Chipre y España; segunda consideración, fijarse en que los países pobres que prestan dinero a Grecia, como Estonia, Letonia, Lituania y Eslovaquia tienen una renta por habitante menor que la de Grecia y sus pensionistas cobran mucho menos que un jubilado griego; tercera consideración, este analista centra hoy su comentario en la actitud de los dirigentes políticos griegos, pero sin obviar la crítica y el reproche que, a su juicio, merecen también determinadas actitudes y comportamientos de los responsables de las instituciones comunitarias: Comisión Europea, Presidencia del Consejo Europeo, Presidencia del Eurogrupo, Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional y también el propio Parlamento Europeo. Pero a este tema le dedicará el comentarista otro artículo/comentario.
 
Antonio José Parafita Fraga. Es escritor y comentarista de temas sociales y políticos. Del Blog VERBO SUELTO del autor, cuyo enlace es verbosuelto.blogspot.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario